Enfermedad ocular tiroidea (TED) es un complejo trastorno autoinmune que afecta a los tejidos circundantes de los ojos. Los síntomas más comunes son inflamación, hinchazón, ojos saltones (proptosis), visión doble (diplopía) y, en casos graves, pérdida de visión.
Aunque existen varias opciones de tratamiento, la radioterapia para la enfermedad ocular tiroidea ha surgido como un posible enfoque no quirúrgico para controlar sus síntomas. Este artículo explora la eficacia, los mecanismos y las consideraciones de la radioterapia para la DET.
¿En qué consiste la radioterapia para la enfermedad ocular tiroidea?
La radioterapia para la enfermedad ocular tiroidea consiste en dirigir dosis bajas de radiación a los tejidos inflamados que rodean los ojos. El objetivo de esta terapia es reducir la inflamación, minimizar la hinchazón y aliviar la presión sobre el nervio óptico. Suele administrarse en una serie de sesiones cortas a lo largo de una o dos semanas y a menudo se utiliza junto con otros tratamientos, como los corticosteroides, para aumentar su eficacia.
¿Cómo funciona?
La radioterapia actúa interrumpiendo la actividad de las células inmunitarias que provocan la inflamación en la enfermedad. En concreto, se dirige a los linfocitos y fibroblastos, responsables de la inflamación excesiva y la remodelación tisular de esta enfermedad. Al reducir el número de estas células inmunitarias, la radioterapia ayuda a:
- Disminuir la inflamación
- Reducir la hinchazón y la presión
- Aliviar síntomas como el dolor y la visión doble
- Proteger el nervio óptico de los daños provocados por una inflamación prolongada.
Este enfoque selectivo permite que la radioterapia aborde los mecanismos subyacentes del TED sin afectar a otras zonas del cuerpo.
Eficacia clínica para la enfermedad ocular tiroidea
Numerosos estudios clínicos han evaluado la eficacia clínica de la radioterapia para el TED o Graves, con resultados dispares pero generalmente positivos.
Reducción de la inflamación y la hinchazón
Varios ensayos clínicos han demostrado que la radioterapia puede reducir significativamente la inflamación y la hinchazón en pacientes con DET activa. Estas mejoras suelen traducirse en una mejor función ocular y una reducción de las molestias.
Mejora de la proptosis y la diplopía
La radioterapia ha mostrado mejoras modestas en la proptosis y la visión doble. Aunque no puede revertir por completo los ojos saltones o la desalineación grave, puede ayudar a estabilizar estos síntomas y prevenir el deterioro.
Prevención de la progresión de la enfermedad
En algunos casos, la radioterapia ha sido eficaz para frenar la progresión del TED, sobre todo cuando se inicia durante la fase activa de la enfermedad. El tratamiento precoz de la inflamación puede ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo y la necesidad de tratamientos invasivos.
Combinación con otro tratamiento
La radioterapia suele formar parte de un plan de tratamiento polifacético del TED. Cuando se combina con corticosteroides, se potencian los efectos antiinflamatorios, lo que conduce a mejores resultados generales. Del mismo modo, la radioterapia puede utilizarse junto con tratamientos más recientes como Tepezza (teprotumumab), un medicamento aprobado por la FDA para el TED, para lograr el control de los síntomas.
Beneficios de la radioterapia para el TED
La radioterapia ofrece varias ventajas a los pacientes con DET:
- No invasiva: A diferencia de las opciones quirúrgicas, la radioterapia no requiere incisiones ni un largo periodo de recuperación.
- Enfoque específico: La terapia se dirige a los tejidos afectados alrededor de los ojos, minimizando los efectos secundarios sistémicos.
- Alivio de los síntomas: Muchos pacientes experimentan una notable reducción del dolor, la inflamación y otros síntomas debilitantes.
- Prevención de la pérdida de visión: La radioterapia puede ayudar a preservar la visión en pacientes con riesgo de complicaciones graves al reducir la inflamación y la presión sobre el nervio óptico.
Posibles riesgos y efectos secundarios
Aunque la radioterapia para el TED suele tolerarse bien, no está exenta de riesgos. Los efectos secundarios más frecuentes son:
- Irritación cutánea temporal: Enrojecimiento, sequedad o descamación leve alrededor de la zona tratada.
Cansancio: Algunos pacientes dicen sentirse cansados después de las sesiones - Riesgo de cataratas: La exposición prolongada a la radiación puede aumentar el riesgo de formación de cataratas
- Complicaciones poco frecuentes: En raras ocasiones, la radioterapia puede causar daños en los tejidos circundantes o agravar afecciones existentes
Los pacientes que se planteen recibir radioterapia deben comentar estos riesgos con su oftalmólogo para tomar una decisión informada.
¿Quién es candidato?
La radioterapia es más eficaz para los pacientes con DET de moderada a grave durante la fase activa de la enfermedad. Es especialmente beneficiosa para quienes:
- Tiene inflamación e hinchazón significativas
- No responden adecuadamente a los corticosteroides solos
- No son candidatos a la cirugía o desean evitarla
- Tiene síntomas que pueden dañar el nervio óptico
Los pacientes con TED estable o inactivo no suelen ser candidatos adecuados para la radioterapia, ya que el tratamiento es menos eficaz en estos casos.
Comparación de la eficacia de la radioterapia oncológica con otros tratamientos
Aunque la radioterapia para la DET ofrece ventajas únicas, no es la única opción. He aquí su comparación con otro tratamiento estándar de la oftalmopatía:
- Corticosteroides: Proporcionan un alivio rápido de la inflamación, pero su uso prolongado puede tener efectos secundarios importantes. La radioterapia ofrece una solución más específica y potencialmente más duradera.
- Tepezza (Teprotumumab): Este medicamento ha mostrado resultados prometedores en la reducción de la proptosis y la mejora de la calidad de vida. Sin embargo, es relativamente nuevo y puede no ser adecuado para todos los pacientes debido a su coste o disponibilidad.
- Opciones quirúrgicas: La cirugía de descompresión orbitaria y la cirugía de estrabismo son muy eficaces para corregir la proptosis grave y la visión doble, pero implican más riesgos y tiempos de recuperación más largos en comparación con la radioterapia.
Cada tratamiento tiene sus pros y sus contras, en función de los síntomas específicos del paciente, el estadio de la enfermedad y su estado general de salud oftalmológica.
Experiencia y resultados de los pacientes
Muchos pacientes que se someten a radioterapia informan de un alivio significativo de síntomas como la inflamación, el enrojecimiento y el dolor. Aunque los resultados pueden no ser evidentes de inmediato, lo normal es una mejoría gradual a lo largo de semanas o meses. Las citas periódicas de seguimiento con un oftalmólogo o endocrinólogo garantizan que el plan de tratamiento siga siendo eficaz y que los efectos secundarios se controlen con prontitud.
Orientaciones futuras e investigación
La investigación en curso perfecciona y mejora el uso de la radioterapia para el TED. Los estudios exploran esquemas de dosificación óptimos, combinaciones con nuevos medicamentos y técnicas avanzadas para minimizar los efectos secundarios y maximizar la eficacia. Estos avances prometen mejorar los resultados de los pacientes y ampliar las opciones de tratamiento de la DET.
La radioterapia para la enfermedad ocular tiroidea es una valiosa opción de tratamiento no quirúrgico, en particular para los pacientes con síntomas moderados a graves en la fase activa de la enfermedad. Al reducir la inflamación, aliviar los síntomas y prevenir la progresión de la enfermedad, esta terapia desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la DET.
Aunque no está exenta de riesgos, los beneficios suelen superar a los inconvenientes, especialmente cuando se combina con otros tratamientos. Los pacientes que estén considerando la posibilidad de someterse a radioterapia deben colaborar estrechamente con su equipo sanitario para determinar el mejor enfoque terapéutico.