Una mujer tomando su multivitamínico diario para ayudar a la salud de la tiroides.

Cómo las vitaminas pueden mejorar la salud de la tiroides

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Raymond Douglas, MD PHD

Especialista en Oculoplástica Reconstructiva y Estética

El tiroides es una glándula pequeña, con forma de mariposa, situada en el cuello, pero su influencia es todo menos pequeña. Desempeña un papel vital en la regulación del metabolismo, los niveles de energía, la temperatura corporal e incluso el estado de ánimo. Cuando la tiroides no funciona correctamente, ya sea por hipoactividad, hiperactividad o afección autoinmunitaria, el bienestar general puede verse afectado de forma significativa.

Aunque la medicación suele ser la base del tratamiento, el apoyo nutricional también desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la función tiroidea. Una de las preguntas más comunes que la gente hace es: ¿Qué vitaminas y suplementos ayudan a la salud de la tiroides?

Las vitaminas no curan los trastornos tiroideos, pero pueden apoyar los procesos naturales del cuerpo, corregir las deficiencias subyacentes y promover los niveles y el equilibrio de la hormona tiroidea. Entender qué vitaminas son importantes y cómo obtenerlas de forma segura puede ser un paso esencial para controlar las afecciones tiroideas y mejorar la salud a largo plazo.

Cómo ayudan las vitaminas a la función tiroidea y al hipotiroidismo

El tiroides depende de una compleja red de nutrientes para producir hormonas, convertirlas en formas utilizables y distribuirlas por todo el organismo. La deficiencia de uno o más de estos nutrientes puede perjudicar la función tiroidea, interferir en la producción de hormonas o empeorar los síntomas existentes. Los niveles de vitaminas también pueden influir en la inflamación, la autoinmunidad y el estrés oxidativo, todos ellos asociados a afecciones tiroideas.

Exploremos las principales vitaminas y suplementos que favorecen las hormonas tiroideas y cómo funcionan en el organismo.

Vitamina D: el modulador inmunitario

La vitamina D es esencial para la regulación del sistema inmunitario. Dado que muchos trastornos tiroideos, en particular la enfermedad de Hashimoto y la enfermedad de Graves, son autoinmunes, mantener unos niveles adecuados de vitamina D puede ayudar a calmar la respuesta inmunitaria y reducir la producción de anticuerpos específicos de la tiroides.

Se han observado con frecuencia niveles bajos de vitamina D en personas con hipotiroidismo y enfermedades tiroideas autoinmunes. Aunque se sigue investigando, la administración de suplementos de vitamina D puede ayudar a reducir la inflamación, mejorar el estado de ánimo y favorecer la salud ósea de las personas con disfunción tiroidea.

Vitamina B12: El potenciador de energía

La fatiga es un síntoma común de los problemas tiroideos, especialmente del hipotiroidismo. La vitamina B12 contribuye al metabolismo energético, la producción de glóbulos rojos y la función neurológica. Muchas personas con tiroides hipoactiva tienen niveles bajos de vitamina B12, a menudo debido a problemas de mala absorción o gastritis autoinmune (común en las personas con tiroiditis de Hashimoto).

La deficiencia de vitamina B puede imitar o agravar los síntomas de la tiroides, como fatiga, niebla cerebral, debilidad y entumecimiento. La suplementación con vitamina B12, ya sea mediante comprimidos orales o inyecciones intramusculares, puede ayudar a mejorar los síntomas tiroideos y favorecer la vitalidad general.

Vitamina A: esencial para la conversión hormonal

La vitamina A desempeña un papel vital en la conversión de la tiroxina (T4) en la forma activa de la hormona tiroidea, la triyodotironina (T3). Sin esta conversión, incluso unos niveles normales de T4 pueden no traducirse en una energía celular y una función metabólica adecuadas.

La vitamina A también contribuye a la salud de la visión, la piel y la respuesta inmunitaria, todas ellas áreas que pueden verse afectadas por trastornos tiroideos. Sin embargo, un exceso de vitamina A, sobre todo si se consume en forma de suplementos, puede ser perjudicial, por lo que lo mejor es mantener una ingesta equilibrada a través de la dieta, a menos que un profesional sanitario recomiende lo contrario.

Vitamina E: El aliado antioxidante

El estrés oxidativo puede contribuir a dañar los tejidos y empeorar las respuestas autoinmunes en las afecciones tiroideas. La vitamina E es un potente antioxidante que ayuda a reducir este estrés y a proteger las células del daño.

En combinación con el selenio, la vitamina E puede ayudar a reducir la inflamación tiroidea y favorecer el equilibrio hormonal. También desempeña un papel en el mantenimiento de la salud de la piel, la circulación y la respuesta inmunitaria, áreas que pueden verse afectadas por la disfunción tiroidea.

Vitamina C: Apoyo a la conexión suprarrenal-tiroidea

La vitamina C es otro antioxidante que favorece la función inmunitaria y ayuda a regular la inflamación. También interviene en la salud de las glándulas suprarrenales. Las glándulas suprarrenales, que producen las hormonas del estrés, trabajan en estrecha colaboración con la tiroides. El estrés crónico puede alterar la función tiroidea, y la vitamina C puede ayudar a mitigar parte de esa respuesta al estrés.

En la salud tiroidea, la vitamina C también puede ayudar a la absorción de otros nutrientes importantes como el hierro, que suele ser bajo en pacientes hipotiroideos. También ayuda a reducir la fatiga y a reparar la piel y los tejidos.

Vitamina B6: equilibrio hormonal y estado de ánimo

La vitamina B6 (piridoxina) ayuda al organismo a utilizar y producir serotonina, un neurotransmisor que afecta al estado de ánimo. Dado que los desequilibrios tiroideos, especialmente el hipotiroidismo, pueden provocar depresión o irritabilidad, la B6 desempeña un valioso papel de apoyo.

Además, la vitamina B6 favorece la producción de hormonas tiroideas y ayuda a regular las enzimas relacionadas con las hormonas. También puede ayudar a reducir la retención de líquidos y los síntomas similares al síndrome premenstrual que experimentan algunos pacientes con tiroides.

Cómo incorporar vitaminas a la salud tiroidea de forma segura

Comprender qué vitaminas ayudan a la función tiroidea es sólo una parte de la ecuación. El siguiente paso es aprender a utilizarlas de forma eficaz y segura. He aquí algunas pautas:

  • No se autodiagnostique ni tome suplementos en exceso. Aunque las deficiencias vitamínicas pueden contribuir a los problemas de tiroides, tomar grandes dosis sin hacer pruebas puede hacer más mal que bien. Algunas vitaminas, como la A y la E, son liposolubles y pueden acumularse en el organismo.
  • Hágase la prueba antes de tomar suplementos. Los análisis de sangre pueden determinar tus niveles de vitamina D, B12, magnesio, yodo y otros. Esto permite a tu médico recomendarte la dosis adecuada y controlar tu evolución.
  • Dar prioridad a los alimentos. Los alimentos integrales proporcionan un amplio espectro de nutrientes en formas biodisponibles. Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables favorecerá de forma natural la salud de la tiroides.
  • Considere la posibilidad de tomar un multivitamínico adaptado a la tiroides o suplementos que mejoren la salud tiroidea. En algunos casos, un multivitamínico de alta calidad adaptado a la salud de la tiroides puede ayudar a llenar las lagunas nutricionales. Busque uno que incluya opciones sin yodo si padece una enfermedad tiroidea autoinmune, ya que el exceso de yodo a veces puede empeorar los síntomas.

Por qué es tan importante mantener la salud de la tiroides

La tiroides es una glándula sensible y esencial, e incluso pequeños cambios pueden influir en su función en la ingesta de nutrientes. Para quienes padecen una afección tiroidea, prestar atención a los niveles de vitaminas y tomar decisiones dietéticas informadas puede favorecer el equilibrio hormonal, la energía y la calidad de vida en general.

Al entender qué vitaminas ayudan a la salud de la tiroides, como la vitamina D para la inmunidad, B12 para la energía, A para la conversión hormonal, y E y C para el apoyo antioxidante, los pacientes pueden trabajar con sus proveedores de atención médica para construir un plan más completo e individualizado para el bienestar a largo plazo. Aunque las vitaminas y los suplementos no son una cura, son herramientas poderosas que, cuando se utilizan correctamente, pueden ayudar al cuerpo a lograr una función tiroidea saludable.

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