Enfermedad ocular tiroidea (EOT) es una afección autoinmune compleja que afecta a los músculos y tejidos que rodean los ojos, y que a menudo provoca síntomas como ojos saltones, hinchazón, enrojecimiento, molestias e incluso problemas de visión. Aunque los tratamientos convencionales, como la medicación, los cambios en el estilo de vida y la cirugía, desempeñan un papel fundamental, cada vez son más los pacientes que estudian cómo la nutrición puede ayudar a tratar la enfermedad ocular tiroidea.
La dieta por sí sola no cura la DET, pero puede influir en la inflamación, la respuesta inmunitaria y la cicatrización de los tejidos, factores esenciales para el tratamiento de esta enfermedad crónica. Al elegir los alimentos de forma intencionada, los pacientes pueden reducir la gravedad de los síntomas, favorecer la recuperación y mejorar su calidad de vida en general.
El papel de la dieta en la enfermedad ocular tiroidea
La DET se debe principalmente a la actividad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario ataca por error a los tejidos que rodean los ojos. Esto desencadena inflamación, hinchazón y cambios estructurales que provocan molestias y problemas visuales. Dado que determinados alimentos pueden favorecer o reducir la inflamación, la dieta se ha convertido en un tema de creciente interés para el tratamiento de esta afección.
Una dieta equilibrada y antiinflamatoria puede ayudar a regular la respuesta inmunitaria, reducir el estrés oxidativo y favorecer la función tiroidea. Aunque los cambios dietéticos no pueden sustituir a los planes de tratamiento prescritos, pueden complementar la atención médica y capacitar a los pacientes para asumir un papel más activo en su salud.
Alimentos antiinflamatorios que favorecen el control de la enfermedad ocular tiroidea
Verduras de hoja verde y de colores
Verduras como las espinacas, la col rizada, la rúcula, los pimientos, el brécol y las zanahorias son ricas en antioxidantes, fibra y vitaminas esenciales. Estos nutrientes ayudan a combatir el estrés oxidativo, que suele ser elevado en enfermedades autoinmunes como la DET. Las verduras de hoja verde también contienen vitamina A, que favorece la salud de los tejidos y el equilibrio inmunitario.
Intente llenar la mitad de su plato con una variedad de verduras en cada comida para proporcionar un amplio espectro de nutrientes antiinflamatorios.
Pescado graso
El salmón, las sardinas, la caballa y otros pescados grasos son excelentes fuentes de ácidos grasos omega-3, bien conocidos por sus efectos antiinflamatorios. Los omega-3 pueden ayudar a modular la actividad inmunitaria y reducir la hinchazón de los tejidos, lo que podría aliviar la presión y las molestias alrededor de los ojos.
Incorpore pescados grasos a sus comidas al menos dos o tres veces por semana para obtener estos beneficios.
Cereales integrales
Los cereales integrales como la quinoa, el arroz integral, la avena y la cebada ofrecen fibra y nutrientes que ayudan a regular el azúcar en sangre y a reducir la inflamación sistémica. Son preferibles a los cereales refinados, que pueden aumentar el azúcar en sangre y exacerbar las respuestas inflamatorias.
Unos niveles estables de azúcar en sangre también favorecen el equilibrio hormonal, lo que es especialmente importante para quienes padecen disfunción tiroidea.
Bayas y frutas
Las bayas como los arándanos, las fresas y las moras están repletas de antioxidantes y polifenoles que pueden ayudar a proteger las células de la inflamación. Frutas como las naranjas, las manzanas y las uvas también aportan nutrientes que refuerzan el sistema inmunitario, como la vitamina C y los flavonoides.
Comer diariamente una mezcla de frutas frescas y enteras favorece tanto la salud inmunitaria como la reparación de los tejidos.
Frutos de cáscara y semillas
Las almendras, las nueces, las semillas de lino y las semillas de chía aportan grasas saludables, magnesio y selenio, todos ellos esenciales para la función inmunitaria y tiroidea. El selenio, en particular, se ha estudiado por su papel en la reducción de los anticuerpos tiroideos en la enfermedad tiroidea autoinmune.
Un pequeño puñado de frutos secos variados o una cucharada de semillas pueden ser una poderosa aportación diaria a tu dieta.
Proteínas magras
Las proteínas contribuyen a la reparación de los tejidos y al equilibrio inmunitario. Opte por opciones magras como el pollo, el pavo, el tofu, las legumbres o los huevos. Evita las carnes procesadas, que suelen contener aditivos y mucho sodio que pueden aumentar la inflamación.
Incluir proteínas de calidad en cada comida puede ayudar a estabilizar los niveles de energía y favorecer la salud muscular, lo cual es vital durante el tratamiento a largo plazo de la enfermedad ocular tiroidea.
Alimentos para TED que deben limitarse o evitarse
Así como ciertos alimentos pueden ayudar a reducir la inflamación, otros pueden desencadenar respuestas inmunitarias o exacerbar la hinchazón. Si padece DET, limite o evite los siguientes alimentos:
Azúcares y carbohidratos refinados
El exceso de azúcar y de productos de harina blanca puede disparar los niveles de insulina y favorecer la inflamación. Los alimentos con alto índice glucémico también pueden contribuir al aumento de peso y a la fatiga, dos problemas que pueden empeorar los síntomas tiroideos y oculares.
Elija hidratos de carbono complejos y reduzca el consumo de azúcares añadidos siempre que sea posible.
Alimentos procesados
Los aperitivos muy procesados, las comidas congeladas y la comida rápida suelen contener aceites inflamatorios, conservantes y aditivos artificiales. Estos ingredientes pueden agravar el sistema inmunitario e interferir en la salud intestinal, que desempeña un papel fundamental en la regulación autoinmunitaria.
Los alimentos integrales y mínimamente procesados son una opción mucho mejor para la alimentación diaria.
Grasas trans y alimentos fritos
Las grasas trans, presentes en la margarina, la bollería y muchos productos fritos, pueden aumentar la inflamación y afectar negativamente a la salud cardiovascular. Dado que el TED ya puede causar presión y molestias oculares, evitar alimentos que elevan la inflamación sistémica es esencial.
Utiliza en su lugar aceites cardiosaludables como el de oliva o el de aguacate.
Exceso de yodo
Aunque el yodo es esencial para la producción de hormonas tiroideas, su exceso puede ser perjudicial, especialmente para las personas con enfermedades tiroideas autoinmunes. El exceso de yodo puede desencadenar brotes o empeorar la inflamación en personas con enfermedad de Graves o Hashimoto.
Evite tomar suplementos excesivos de yodo a menos que se lo recomiende específicamente su médico. Tenga cuidado con el alga kelp, las algas marinas y la sal yodada si ya obtiene suficiente yodo de su dieta.
Alcohol
El alcohol puede debilitar la función inmunitaria, deshidratar los tejidos e interactuar con los medicamentos utilizados para tratar la DET. Aunque algunos pueden tolerar el alcohol de forma ocasional y moderada, es mejor evitar su consumo regular, sobre todo durante las fases activas de la enfermedad.
Reducir o eliminar el alcohol también puede favorecer la salud del hígado, que es esencial para el metabolismo hormonal.
Reflexiones finales sobre las recomendaciones de la dieta tiroidea
La enfermedad ocular tiroidea puede ser difícil de manejar, tanto física como emocionalmente. Si bien los tratamientos médicos son esenciales, su dieta diaria desempeña un papel decisivo en el apoyo a su cuerpo a través de la inflamación, la recuperación y la salud a largo plazo. Al elegir alimentos ricos en nutrientes y antiinflamatorios y evitar aquellos que desencadenan o empeoran los síntomas, usted puede desempeñar un papel activo en el control de su propia enfermedad ocular tiroidea.
No se trata de seguir una dieta estricta o perfecta, sino más bien de tomar decisiones coherentes que nutran su sistema inmunológico, apoyen la función tiroidea y reduzcan el estrés innecesario en el cuerpo. Trabaje con su proveedor de atención médica o un dietista registrado para desarrollar un plan adecuado para usted, que no sólo apoye la salud de su tiroides, sino que también se adapte a su estilo de vida y preferencias.