¿Alguna vez ha visto a alguien cuyos ojos parecen abultarse o sobresalir de forma anormal y se ha preguntado qué ocurre? Ese llamativo síntoma visual suele apuntar a Enfermedad ocular tiroidea (EOT)), una enfermedad autoinmune poco frecuente en la que el sistema inmunitario ataca los tejidos que rodean los ojos, provocando inflamación, aumento del tamaño de los músculos y expansión de la grasa.
No sólo cambia el aspecto de una persona, sino que puede poner en peligro su visión y su calidad de vida. Uno de los tratamientos más eficaces para los casos graves es una cirugía especializada llamada descompresión orbitaria.
Aunque pueda parecer sacada de un guión de ciencia ficción, la descompresión orbitaria es un procedimiento preciso que salva la visión. Para los pacientes con DET que no responden a los medicamentos o cuyos síntomas se vuelven desfigurantes o peligrosos, esta cirugía puede aliviar la presión sobre el ojo, mejorar el aspecto y evitar la ceguera. No es una solución sencilla, y la decisión de someterse a una intervención quirúrgica no debe tomarse a la ligera.
Esta guía le guiará a través de todo lo que necesita saber: qué es la cirugía, quién la necesita, cómo se realiza y cómo es la recuperación.
¿Qué es la descompresión orbitaria y por qué es necesaria?
Descompresión orbitaria es un procedimiento quirúrgico que consiste en extraer hueso o grasa de la cuenca del ojo (órbita) para crear espacio para los tejidos hinchados causados por la enfermedad ocular tiroidea. El objetivo es reducir la proptosis (ojos saltones), aliviar la presión sobre el nervio óptico (lo que reduce los dolores de cabeza y las molestias) y restablecer la función y el aspecto de los ojos.
En la DET, la inflamación relacionada con el sistema inmunitario engrosa los músculos oculares y aumenta el volumen de grasa detrás del ojo, lo que empuja el globo ocular hacia delante. Esto puede provocar visión doble, dolor ocular, sequedad ocular, dolores de cabeza, daños en la córnea y, en casos extremos, pérdida de visión por compresión del nervio óptico.
La descompresión orbitaria aborda directamente estos problemas ampliando la cavidad orbitaria. Según la Academia Americana de Oftalmología, la descompresión orbitaria suele reservarse para la DET moderada o grave cuando las terapias médicas como los corticoesteroides o el Teprotumumab no ofrecen suficiente alivio o cuando la visión está en riesgo.
Síntomas de la enfermedad ocular tiroidea que requiere tratamiento quirúrgico
No todos los casos de DET requieren cirugía, pero algunos síntomas específicos pueden indicar la necesidad de una descompresión orbitaria, especialmente cuando se vuelven crónicos o incapacitantes. Entre ellos se incluyen:
- Proptosis progresiva (abultamiento del ojo que afecta al cierre del párpado o causa angustia).
- Neuropatía óptica compresiva (pérdida de visión por presión del nervio óptico)
- Visión doble crónica (diplopía) que no responde a prismas o Botox
- Queratopatía por exposición, en la que la retracción de los párpados y la proptosis dejan la córnea desprotegida.
- Desfiguración facial grave que afecta al bienestar psicosocial
La intervención quirúrgica suele producirse después de que se haya consumido la fase inflamatoria activa del TED, conocida como fase activa, para evitar operar sobre tejido inestable y arriesgarse a resultados impredecibles.
Preparación para la cirugía de descompresión orbitaria
Prepararse para la descompresión orbitaria no es sólo presentarse el día de la cirugía. Comienza con el tiempo porque esta cirugía por lo general sólo se realiza después de que su enfermedad ocular tiroidea se ha calmado. Si sus ojos están todavía en la fase activa, inflamada, su cirujano puede recomendar esperar un poco más para evitar la curación impredecible y resultados decepcionantes.
Tendrás que hacer algunos deberes antes del gran día. Prepárate para realizarte pruebas de imagen, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, para que el equipo médico pueda ver exactamente cuánto espacio tienen para trabajar y dónde se está acumulando la presión. Las pruebas de campo visual y de tiroides también forman parte de la preparación, para asegurarse de que su visión sigue siendo estable y sus niveles hormonales están bajo control.
Si fumas, es el momento de dejarlo. Fumar aumenta el riesgo de complicaciones y ralentiza la recuperación, y en el caso de la DET puede empeorarlo todo. También tendrá una charla detallada con su cirujano sobre el plan: qué paredes se extirparán, si se extraerá grasa y qué tipo de resultados puede esperar razonablemente.
Qué esperar durante la intervención
La cirugía de descompresión orbitaria se realiza bajo anestesia general, por lo que estará completamente dormido y no sentirá nada. La intervención suele durar entre una y tres horas, en función del número de paredes que se intervengan y de si se trata de uno o ambos ojos.
Durante la cirugía, su cirujano:
- Realice pequeñas incisiones en el interior del párpado o cerca del ángulo externo del ojo para minimizar las cicatrices visibles.
- Eliminar porciones de una, dos o tres paredes orbitarias para crear más espacio detrás del ojo.
- Extraer la grasa orbitaria si es necesario, especialmente en los casos en los que la acumulación de grasa está causando la mayor parte de la presión.
- Utilice herramientas de precisión y navegación guiada por imágenes para proteger las estructuras delicadas y garantizar la precisión.
- Cierre las incisiones con puntos disolubles o déjelas cicatrizar de forma natural, dependiendo de su ubicación.
El objetivo es reducir la presión, mejorar la posición del ojo y proteger o restaurar la visión sin alterar los tejidos circundantes.
Calendario de recuperación y cuidados postoperatorios
La recuperación de la descompresión orbitaria es gradual pero manejable. Aunque la hinchazón y los hematomas pueden parecer importantes al principio, forman parte del proceso normal de curación y suelen mejorar en un par de semanas.
Los hitos típicos de la recuperación incluyen:
- Primeros días: Los hematomas y la hinchazón alcanzan su punto máximo, sobre todo alrededor de los párpados inferiores y los pómulos. Es probable que te receten gotas o pomada antibiótica y antiinflamatorios. Mantener la cabeza elevada y utilizar compresas frías puede ayudar a reducir las molestias.
- De una a dos semanas: La mayoría de las personas se sienten lo suficientemente bien como para retomar las actividades cotidianas no extenuantes. Evite agacharse, levantar objetos pesados y cualquier cosa que aumente la presión facial.
- Semanas cuatro a seis: La mayor parte de la inflamación desaparece. Si se ha producido visión doble, suele mejorar durante este periodo. El equipo médico puede realizar pruebas de imagen de seguimiento para evaluar la cicatrización interna.
- De tres a seis meses: Los resultados comienzan a estabilizarse. Cualquier procedimiento adicional, como el reposicionamiento de los párpados o la alineación de los músculos oculares, suele retrasarse hasta esta fase para permitir una cicatrización completa.
La mayoría de los pacientes se sienten más cómodos, más seguros y menos limitados en su visión al final del segundo o tercer mes.
Riesgos, complicaciones y resultados a largo plazo
La descompresión orbitaria se considera segura y eficaz, pero, como todas las cirugías, conlleva algunos riesgos. Saber lo que es posible le ayudará a mantenerse informado y preparado.
Las complicaciones potenciales incluyen:
- Visión doble, que es el efecto secundario más frecuente y suele ser temporal.
- Infección o retraso en la cicatrización de la herida
- Problemas sinusales, especialmente si las paredes sinusales se extirparon parcialmente.
- Entumecimiento u hormigueo en la mejilla o el labio superior debido a la afectación de un nervio cercano.
- En raras ocasiones, hemorragia detrás del ojo (hematoma orbitario), que requiere atención médica inmediata.
En cuanto a los resultados a largo plazo, la mayoría de los pacientes observan una reducción significativa del abultamiento ocular, menos irritación y sequedad, y una mejora de la simetría facial. A menudo se alivia la presión sobre el nervio óptico que pone en peligro la visión, y suele mejorar cualquier molestia o dolor previo.
Para muchas personas, la descompresión orbitaria no es sólo cuestión de funcionalidad, sino de volver a sentirse a gusto en su piel.